El secretario general de la ONU, António Guterres, saludó la decisión de «poner en funcionamiento el nuevo fondo de pérdidas y daños, una herramienta esencial para hacer llegar la justicia climática a las personas más vulnerables», dijo su portavoz Stéphane Dujarric.
Esta decisión histórica y celebrada por los representantes de los casi 200 países que participan del evento, llega tras la aprobación, en la COP27 del año pasado en Egipto, de la creación del fondo y de un comité formado por 24 países, tres de ellos de América Latina y el Caribe, para definir los detalles sobre la puesta en marcha del fondo.
«Felicito a las partes por esta decisión histórica. Es una señal positiva para el mundo y para nuestro trabajo», declaró el presidente emiratí de la COP 28, Sultan Al Jaber.
«Hemos escrito una página de historia hoy (…) la celeridad con la que lo hemos hecho es inédita», enfatizó, al referirse a este fondo al que deberán aportar las naciones desarrolladas.
Tras una larga pulseada, los países del norte y el sur alcanzaron el 4 de noviembre en Abu Dabi, también Emiratos Árabes Unidos, un frágil compromiso sobre las reglas de funcionamiento de este fondo, cuyo lanzamiento efectivo se espera en 2024.
La adopción del texto desde la misma apertura de la COP elimina el temor a una puesta en cuestión de ese compromiso, lo cual hubiera perjudicado el resto de negociaciones sobre la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global.
Cambio climático
Madeleine Diouf Sarr, delegada de Senegal y presidenta del grupo PMD (países menos desarrollados) -47 naciones que son especialmente vulnerables al cambio climático y las que menos han hecho para causar el problema-, celebró una decisión que tiene «un significado enorme para la justicia climática».
«Ahora, los países ricos tienen que anunciar contribuciones significativas», abundó Friederike Röder, de la ONG Global Citizen.
Los compromisos iniciales son modestos: 225 millones de euros ((unos 246 millones de dólares) de la Unión Europea (UE), 100 millones de dólares de Emiratos Árabes Unidos, y apenas 17,5 millones de dólares de Estados Unidos, entre otros, informó la agencia de noticias AFP.
Evaluar las pérdidas y daños, sin embargo, no será tarea sencilla, «es todo un desafío científico, académico, pero también político y económico», advirtió a Télam el director de Vida Silvestre Argentina, Manuel Jaramillo.
«Vincular los efectos climáticos (como las sequías), que son producto del cambio climático, sobre la economía y sobre las pérdidas y daños, es un enorme desafío que trasciende el análisis técnico y científico y se posiciona en el análisis económico y político. Y eso hace muy compleja la operativización del fondo de pérdidas y daños», agregó el experto antes de viajar a Dubai para participar de la conferencia, a la que asisten delegados de unos 200 países, empresarios y ambientalistas.
Según el texto adoptado, el dinero del fondo estará ubicado temporalmente en el Banco Mundial.
Los países más desarrollados, empezando por Estados Unidos -el país que más ha contaminado a lo largo de la historia-, se negaron a que sus contribuciones sean obligatorias y abogaron por hacerlas voluntarias.
Además, reclamaron que se amplíe la lista de contribuyentes a los grandes países emergentes, entre ellos China, que actualmente es el que más emisiones de dióxido de carbono (CO2) emite por año, y Arabia Saudita, el noveno en la lista y tercero per cápita.
El éxito de este primer día de conferencia está empañado por las acusaciones contra Al Jaber de presuntamente haber utilizado su rol como presidente de la COP28 para negociar acuerdos petrolíferos, algo que él ha rechazado.
«Me siento optimista, motivado», reaccionó en rueda de prensa el emiratí, que además dirige la compañía petrolera de un país que cuenta con las séptimas reservas mundiales de crudo.
Al Jaber, que también preside la compañía emiratí de energías renovables, aseguró que las conclusiones finales de la COP28, dentro de doce días, deberán mencionar «el rol de los combustibles fósiles», un asunto que suele demorar la publicación del acuerdo final debido a las duras negociaciones entre los países productores de combustibles fósiles y los que abogan por abandonarlo.
Esos combustibles son los principales responsables del aumento récord de emisiones de gases de efecto invernadero, en un año que podría convertirse en el más caluroso jamás registrado, según advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que exigió medidas urgentes para frenar el calentamiento global.
«Los gases de efecto invernadero están en niveles récord. Las temperaturas globales baten récords. El mar está en niveles récord y la banquisa de la Antártida nunca había sido tan delgada», señaló el jefe de la OMM, Petteri Taalas.
La temperatura media el año pasado ya estaba en +1,15 ºC respecto a la era preindustrial. El objetivo ideal sería limitar ese aumento este siglo a 1,5 ºC , tal como se estableció en el histórico Acuerdo de París de 2015, alcanzado durante la COP21.
La batalla sobre si hay que eliminar totalmente esos combustibles fósiles o solo gradualmente es uno de los temas que suscita discusiones en el seno de la COP.
«El mundo debe concentrarse en la tarea de reducir emisiones, no elegir las fuentes energéticas», clamó esta semana un comunicado del club de países exportadores de petróleo, la OPEP.
«Ojalá que quienes intervengan en la COP28 sean estrategas capaces de pensar en el bien común y en el futuro de sus hijos, más que en los intereses circunstanciales de algunos países o empresas», pidió el papa Francisco en un mensaje en la red social X, tras haber cancelado su presencia en la conferencia por razones de salud.
La COP28 debía ser la primera que acogía a un papa, pero una bronquitis impidió el viaje del pontífice.
A la cumbre de líderes, que reunirá a más de 140 jefes de Estado y de Gobierno entre hoy y el sábado, asistirán el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva; el colombiano, Gustavo Petro, así como el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, entre otros.
Por su parte, los presidentes de Estados Unidos y China, principales emisores de gases de efecto invernadero, no acudirán.
Después de los discursos, los negociadores deberán asumir las consecuencias del primer balance de compromisos de reducción de emisiones y de medidas de adaptación y mitigación ante el cambio climático, realizado en septiembre.
En esta COP28 se debe fijar un refuerzo de los compromisos nacionales (NDC por sus siglas en inglés), pero las diferencias son profundas entre los países que más emiten y los que más sufren las consecuencias.
En un contexto internacional complicado, con dos guerras en curso en las que las principales potencias están involucradas, estos temas amenazan con inmiscuirse en los debates.
Cuando subió al escenario para entregar la posta a Al Jaber, el presidente de la anterior COP, el canciller egipcio Sameh Shukri, pidió un minuto de silencio por «todos los civiles fallecidos en el actual conflicto de Gaza».